En Céltigos, Galicia, existía históricamente una zona de baño a la que acudían vecinos de la comarca, conocida por las beneficiosas propiedades de sus aguas. Este lugar, que más tarde se convertiría en balneario, es hoy el punto de donde extraemos nuestro agua mineral Fontecelta. Un lugar milenario, regalo de la naturaleza, que nos da un agua de pureza sin igual.